En Salento

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Salento-Quindío-Colombia

domingo, 26 de diciembre de 2010

ARS POÉTICA: Un poema del poeta colombiano Armando Ibarra Racines





El verso siguiente no estaba escrito.
Ya se escribió,
saltó hacia el próximo escalón.
La vida transcurre fluida,
transparente.

**
A veces me siento derrotado
porque no escribo el poema
que algún otro llame inmortal;
sin embargo, ahora trazo
estas líneas que nutren la muerte.
**
Cuando se logra un poema,
se escriben todos los poemas.
Tomar la posta
y correr endiabladamente,
para que la poesía siga en la cresta de la ola.

**
Si me lees, entonces respiras.
Respiro, por eso puedo escribir.
Suena una guitarra
empujada por el mar.
¿Hasta cuándo el bordoneo?
**





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jueves, 9 de diciembre de 2010

PURA FINA GOLOSINA: Un poema de la poeta argentina Valeria Zurano
















Valeria Zurano


Me duelen los trenes como si fueran venas y arterias que están estranguladas

como si los que viajáramos fuésemos sangre coagulada
pero necesitamos volar y nos retienen

viajo para dejar de verte, pero el tren arrulla tu ausencia
aparecés en una partida de truco, en la distancia de un cigarro, en una lata de cerveza,
en ese vendedor que pasa ofreciendo pura fina golosina
y yo la compro
para resguardarme de tu imagen, para perdonarme por esta forma de viajar a ningún sitio
mientras llueven las flemas de los niños y buscamos desesperadamente
un sucio rincón que nos cobije.

Me duelen los trenes porque han sido capaces de cortarme las piernas
de llenarme la boca con esta violencia que compro

compro una banqueta que sostenga, compro piernas desparramadas por el suelo,
compro un resorte con una etiqueta de emergencia, compro una sustancia líquida
que recorre los pisos y crea cierta desconfianza
compro para arreglar este desmembramiento constante que agota, el abismo dentro de los ojos,
la sombra naciendo en el pecho, el conocimiento frívolo, el cuerpo mutilado

alguien me regala un hermoso rincón
para pensar en los que me acompañan, que no conocen esta triste felicidad del viaje,
cuando voy a buscarte.

 
 
 
 
 
 
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jueves, 2 de diciembre de 2010

Tot passa : Todo pasa : Pere Bessó traduce a Elvira Alejandra Quintero



Tot passa
Traducción de Pere Bessó

S'encauen com la respiració del sossec
Com la pluja del passat
Com l'ombra, el sol, l'eucaliptus sense vertigen
Com el darrer somni amb caragols i monedes musicals les frases que es digueren ells una vesprada
Ningú no els esoltava només el cel amb les seues onades rebel·lades una mica abans que parlaren els xàfecs


Tot passa


Tot resta ací en el no respir que s'imposa com la caiguda de certes imatges:
Es lliguen en caminar, en fer, al repòs
A la desolada companyia de les paraules.



Todo pasa
Poema del libro La noche en borrador
Se anidan como la respiración del sosiego
Como la lluvia del pasado
Como la sombra, el sol, el eucalipto sin vértigo
Como el último sueño con caracoles y monedas musicales las frases que se dijeron ellos una tarde
Nadie los escuchaba sólo el cielo con su oleaje rebelado un poco antes de que hablaran los aguaceros

Todo pasa

Todo queda aquí en el no respiro que se impone como la caída de ciertas imágenes:
Se atan al caminar, al hacer, al reposo
A la desolada compañía de las palabras.







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miércoles, 24 de noviembre de 2010

JUDES: Un poema de la poeta argentina Ester de Izaguirre traduït al català per Pere Bessó











JUDES

Sóc Judes, el traïdor,
i et doní més que tots,
jo et doní més que amor.
Per a ells la mercé de l'heroisme
i la docilitat de ser-te fidels,
perquè ells no afrontaren la teua mirada
allà a Getsemaní.
Tant de bo m'hagueres dit: "et comprenc,
ho estàs fent bé. Ànim, Judes".
Ells navegaven en barques
que el prodigi salvava de marees tenaces,
jo m'afoní fins a tocar fons als abismes
d'aquest mar de ser home i recordar-se'n.
Tots veieren els claus i ploraren,
jo t'immolí perquè trencares l'alba.
Convocaren tants per al drama,
Caifàs, Anàs, Herodes i Pilat,
per què també a mi. Jo et volia.
Per què hauran encunyat les monedes,
per què les profecies.
Per què l'arbre atziac
com un ull fetiller reclamant-me
des de la sang intacta de la Bíblia.
Sóc Judes, el traïdor,
el que millor acomplí amb el seu destí.
El que lliurà el que estimava. Per voler-lo.
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martes, 23 de noviembre de 2010

JUDAS: Un poema de la poeta argentina Ester de Izaguirre


Soy Judas, el traidor,
y te di más que todos,
yo te di más que amor.
Para ellos la merced del heroísmo
y la docilidad de serte fieles,
porque ellos no afrontaron tu mirada
allá en Getsemaní.
Ojalá me hubieras dicho: "te comprendo,
lo estás haciendo bien. Ánimo, Judas".
Ellos navegaban en barcas
que el prodigio salvaba de mareas tenaces,
yo me hundí hasta tocar fondo en los abismos
de este mar de ser hombre y acordarse.
Todos vieron los clavos y lloraron,
yo te inmolé para que amanecieras.
Convocaron a tantos para el drama,
Caifás, Anás, Herodes y Pilatos,
por qué también a mí. Yo te quería.
Por qué habrán acuñado las monedas,
por qué las profecías.
Por qué el árbol aciago
como un ojo hechicero reclamándome
desde la sangre intacta de la Biblia.
Soy Judas, el traidor,
el que mejor cumplió con su destino.
El que entregó al que amaba. Por amarlo.




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jueves, 11 de noviembre de 2010

RELATO DE SERGIO STEPANSKY: Un poema del poeta colombiano León de Greiff




           León De Greiff
Juego mi vida, cambio mi vida,
de todos modos
la llevo perdida...

Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo,
la dono en usufructo, o la regalo...

La juego contra uno o contra todos,
la juego contra el cero o contra el infinito,
la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito,
en una encrucijada, en una barricada, en un motín;
la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin,
a todo lo ancho y todo lo hondo
-en la periferia, en el medio,
y en el sub-fondo...-

Juego mi vida, cambio mi vida,
la llevo perdida
sin remedio.

Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo,
la dono en usufructo, o la regalo...:
o la trueco por una sonrisa y cuatro besos;
todo, todo me da lo mismo:
lo eximio y lo ruin, lo trivial, lo perfecto, lo malo...

Todo, todo me da lo mismo:
todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo
donde se anudan serpentinos mis sesos.

Cambio mi vida por lámparas viejas
o por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil;
por lo más anodino, por lo más obvio, por lo más fútil;
por los colgajos que se guinda en las orejas
la simiesca mulata,
la terracota nubia;
la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia;
cambio mi vida por una anilla de hojalata
o por la espada de Sigmundo,
o por el mundo
que tenía en los dedos Carlomagno: -para echar a rodar la bola..

Cambio mi vida por la cándida aureola
del idiota o del santo;
la cambio por el collar
que le pintaron al gordo Capeto;
o por la ducha rígida que llovió en la nuca
a Carlos de Inglaterra;
la cambio por un romance, la cambio por un soneto;
por once gatos de Angora,
por una copla, por una saeta,
por un cantar;
por una baraja incompleta;
por una faca, por una pipa, por una sambuca...
por esa muñeca que llora
como cualquier poeta.

Cambio mi vida -al fiado- por una fábrica de crepúsculos
(con arreboles);
por un gorila de Borneo;
por dos panteras de Sumatra;
por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra
o por su naricilla que está en algún museo;
cambio mi vida por lámparas viejas,
o por la escala de Jacob, o por un plato de lentejas...

¡o por dos huequecillos minúsculos
-en las sienes- por donde se me fugue, en grises podres,
la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...!

Juego mi vida, cambio mi vida.
De todos modos
la llevo perdida...



 
 
 
 
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jueves, 4 de noviembre de 2010

EL CURA: Prosa poética de la poeta argentina Myriam Leal

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          Myriam Leal


Él sabía de sus ovejas descarriadas
gustosas del pecado
y las acostumbraba visitar
cuando las buenas gentes dormían
Por eso a nadie le sorprendió
verle aquella noche hablar con Lola
y menos que al día siguiente
ella se fuera del pueblo como las otras
- Hija mía, el sufrimiento te redimirá-
dijo, y tocó su frente con una cruz
-Él dió su sangre por ti
y la tuya le pertenece a Él -
dijo cortando con el borde del cáliz
la palpitante carótida
que comulgó con el vino
en el instante en que empezó la misa.









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lunes, 25 de octubre de 2010

BUENAS COMPAÑÍAS: Un poema del poeta y músico argentino Carlos Kuraiem

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       Carlos Kuraiem



A veces
me siento acompañado
por las cosas que me rodean

un árbol
un sendero que llega al fondo
donde voy a mirar el cielo
y las cañas
que el viento hace silbar

No es que las cosas me hablen
yo invento diálogos con ellas
las tuteo
y las llamo por su nombre
que sé de chico
Ellas hacen acto de presencia
escuchan mis largos monólogos
no me rechazan,
con ellas
soy lo que digo
y por eso soy lo que soy
se quedan
cuando las acaricio

Salgo de entre ellas
en paz conmigo

OTROS LINK DE CARLOS KURAIEM:

"PARA TU OTOÑO"

http://www.youtube.com/watch?v=X-hIpaY1nQE&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=1euv5wTfz_0&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=s4DmKmTmhek&feature=related











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viernes, 15 de octubre de 2010

CONVERSAS CON DON JORGE LUIS ESTRELLA Y SU "MENÚ EJECUTIVO": Un poema de Daniel Martínez


Me siento en la plaza a leer un libro
de Jorge Luis
éste no es Borges
este amigo tiene estrellas en su nombre


“mi médico me dice que me siento mal porque estoy bien”
los hijos juegan mientras yo converso con el tiempo
el mismo anciano
que ya es parte del paisaje de esta plaza
me saluda
¿esperando la muerte?
¿o es la muerte olfateando el otoño?


“pomposamente feliz mi mujer estrena su primer amante”
Vamos entendiéndonos
Los niños buscan un cielo de barrio
que prometen hamacas despintadas
el viento putea de vez en cuando con un puñado de tierra a los ojos

“ella tenía los ojos puestos en el universo”
Igual que esta mujer que va al supermercado de los chinos
Desafiando siglos de absurdos intentos de filósofos
Que tratan aún hoy después de muertos de hacernos creer que la vida
Hay que tomársela en serio
Vayan a otro lado con la gomera
Los pibes se van los pájaros agradecidos


“no sé porqué los pies duelen a veces
Como un alma cortada a pedacitos “
Es un dolor de calles
Nombres que nos miran desde lejos
Y el tiempo mata de a poco
Gustito a poco
¿Morirse es olvidarse de todos los que fuimos de una sola vez?


“Por qué será que siempre ando por patios sin geranios”
Acá lo agarré querido amigo
Mis patios tienen geranios alumbrados
Por soles de marzo
Y latas oxidadas y felices
Que aun riega la tía muerta preferida
Tumbas escondidas en la memoria sí
Que están tan vivas
que ayudan a vivir


“no es común estar arrodillado en la escritura
cuando la vida baila alrededor”
y …escribimos para no morir
bellamente asesinados por una palabra
paladeando los umbrales
del resplandor del misterio
asombrados como un niño a punto de empezar a vivir


“hay un retrato en la habitación
en el cual mi hermano y yo
estamos colgados de la absurda infancia para siempre”
tengo el mismo retrato solo cambian
los nombres está en el mismo lugar rojo
que late para todos

el próximo poema dice sincrónicamente
“es verano en mi corazón”
Los niños son parte de la tarde
El sol se acomoda al costado oeste del día
Va alargando las sombras de los árboles
Las miradas cambian de dueño


“Dios aguarda al muerto
O la eterna nada”
Navegando nada andamos
Llegan dos mujeres con sus niños se suben al tren de la tarde
Una es una madre hermosa vestida de barrio
Y no estoy hablando como un fotógrafo
Los niños cantan hablan
No los miro pero desbordan
Junto a la música maravillosa de este libro

“una niña le sonríe al niño que yo he sido y este cierra
Los ojos para ocultar el miedo “
Recuerdo dos poemas que escribí uno habla de amor
Y termina diciendo salvarlo como a un niño de la tristeza

“no entendemos la vida pero vivimos
Que es como leer sin entender la letra”
Me acuerdo de Lennon

“la vida es lo que te pasa mientras estás
Ocupado haciendo otros planes”
Lennon cumpliría 70 esta semana
Y su cuerpo ya se ha podrido
Como este siglo se pudre
Y los sueños…
¿y los sueños?
Mi hijo me pide uno de estos papelitos
Donde estoy escribiendo estas palabras
Y se va con otro niño recién conocido
¿Que fácil todo no?
Mi hijo aparece así para despertarme
De este absurdo que es la adultez
Una pareja cruza el centro de la plaza y se sienta en el banco próximo a mí
Están aprendiendo a reír de a dos
Algo de eso es el amor algo de eso es no morir


“las almohadas sueñas que los hombres duermen “
me acuerdo del poema de enrique Molina
que habla del sueño” de ti solo conoces tu pipa de tabaco”


“madre ¿vos qué sabés?”
Pienso en mi madre
Visitando a sus ochenta milagros
Su pueblo natal en estos momentos
Girando con la tierra


“en esta sala adornada de glicinas hoy recibo a mis muertos”
Pienso en mi padre cantando una canción en el patio a dúo con Gardel
Otra vez don Jorge la sincronía poética
Me leyó las líneas de la vida
Así que sigamos
Con su palabra abrazo
Me trae demasiado
Voy con usted por las calles largas del cementerio
Pensando en las muchas veces
Que a la muerte le gané de mano
Terminé el libro
Se fue la tarde se fue usted ayer
A sus pagos
La vida sigue
Yo tengo el alma llena de sus menues varios
De su barba blanca
Generosa como su abrazo
Ya estoy menos solo
Eso es bastante eso es demasiado


“Todo empieza en algo y termina en ismo”
Abismo de la tarde el sol dice adiós
El libro ha sido un manjar delicioso
Yo digo adiós ya soy el que era
Mas su poesía
he aprendido
De su mano de luz
Iluminado vuelvo a mi hogar
A mis niños a ese otro que soy


La plaza se apaga lentamente de inocencia
Y de niños
Gracias maestro


Bahia Blanca 12/10/10





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martes, 12 de octubre de 2010

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?: Un poema de Ofelia Jany


Doblan por quien tiene hambre,
por el que perdió su empleo,
por el que no tiene tierra donde armarse de una huerta,
por el que vino de adentro y está encerrado en cemento,
por el que pide en la calle y no le creen su pobreza,
por el que manda a sus hijos a pedir sin que lo vean,
por el que trabaja y sufre esperando que lo echen,
por el que perdió su ahorro,
por el viejo sin recursos,
por el enfermo sin cura,
por el niño que no espera,
por el joven que no sueña,
por el hombre que no cree,
por el soldado que vuelve, derrotado y sin testigos,
por el que lucha y no ceja y lo censuran y evitan,
por los que no ven salida, por los que bajan sus brazos,
por aquellos que perdieron en la lucha sus ideales,
por los nihilistas que piensan que ya todo está perdido,
y los que en el campanario hacen repicar a duelo.






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lunes, 4 de octubre de 2010

LÓGICA: Un poema de Julio Carabelli

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               Julio Carabelli




Un hombre busca su pan
hurga en los tachos de basura
juega
su condición de niño
busca pertenencias en inventarios cósmicos
para él
para millones como él la vida está escondida
no la encuentra
antes solía sorprender a sus vecinos
-¿usted sabe quién soy cómo me llamo?-
está fuera de juego
duerme
sus dientes su paladar su hígado
dormitan en el intestino flaco
a la intemperie
no aprecia la lluvia ni el rocío
no tiene adonde ir y no camina
no piensa no mira no murmura
sólo oye voces afirmando
que está vivo.






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lunes, 20 de septiembre de 2010

POETISA: Un poema de Matilde Eljach



  
          Matilde Eljach
A Meira del Mar


Era el verde mar en la mirada
Desnuda entre los velos
De la tarde.

Tornasol,
Bella rosa acanelada
Era aura de trigo

Y tremolante
Bandera
En cuya voz
Anidan las torcazas.

Era acacia
Era luna
Era atarraya.

Era huella madura
Hecha palabra.




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miércoles, 8 de septiembre de 2010

EL PERFUME: Un poema del poeta argentino Jorge Alberto Giallorenzi

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         Jorge Alberto Giallorenzi



soleado de cánticos
centellea mi alma
como el río
que pasa por tus puertas
como tu cabello
de lana cruda
como un mar
encrespado de silencios.

Me sacudo,
tal vez sea un temblor irrepetible.









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miércoles, 1 de septiembre de 2010

AMOR DE AMAR: Un poema del poeta argentino Hugo Francisco Rivella


Si era posible no lo supe hasta que me lo hizo saber con sus ojazos,
ella tenía la falda como un viento que le mostraba el alma y aquellos pechos por los que anduve hechizo en todo Méjico,
ni Gaviria ni el bus que atraca en Cali, ni el Ladrón de Bagdad, ni aquel sicario que besaba la virgen delante el muerto, ni el chapito guzmán con su osadía de viajar a la luna en un caballo.
Ella sabía el corrido del bandido que robó los cometas de Tijuana, que si adelita se fuera con otro la seguiría por tierra y por mar, me besó en Buenos Aires, se acostó con la lluvia de Bahía, y en Santiago de Chile fue un poema soñado por Neruda y sus fantasmas.
Se estrechaba su cuerpo en Costa Rica, cintura de morena panameña, en Lima era un valseado de Chabuca y el moro que volaba a Machu Pichu .
Cómo te amé muchacha enamorada del cóndor y el zarpazo de los pumas, del Valle de la Luna y los cristales que llenaban de luces Purmamarca.
Te amé sagradamente hasta la muerte de Cristo en Vallegrande, por los ríos de la puna y la llanura que se apega a la tierra alucinada, te amé en los hombres de palabras oscuras y en las mujeres de mirada clara.
América me tiene caminante de su cuerpo y el tiempo de la escarcha.

 
 
 
 
 
 
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miércoles, 25 de agosto de 2010

LA ESCRITORA: Un poema de la poeta colombiana Orietta Lozano



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Orietta Lozano



Ya clavé el puñal a mi fantasma,
corté mi larga cabellera,
y la di de comer a mis hambrientos tigres.
Deshice la herencia de los que murieron de tristeza,
y de un solo trago bebí el dolor del agua,
atravesé el bosque ardiente,
me sembré como una lila,
agonicé con la raíz del vientre entre las manos,
caminé con la dulce tos de la nostalgia,
y el cansado espejo que refleja
la turbiedad de mi costado.
Con cuanta suavidad
suspiro aún,
en el misterio y la palabra calma,
en el grito de la campana
que despierta
a las pequeñas luciérnagas,
que tan hondo cavan
en el centro de mi espalda.










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viernes, 13 de agosto de 2010

DE LETRA: Un poema de Cristina Domenech


La ausencia dice
que hay sombra que zozobra
por la noche y busca detrás de la palabra
las ruinas por donde circula el azar
No hay tiempo en este tiempo
cuando la voz es otra oculta
Deletreamos ausencia
y no hay
Pero las voces dicen por callar
que basta no decir cuánto silencio
cuánto cabe
que no había letra
para el nombre del padre
o vocal que hace
preposición del abandono
que no dice basta que no
hijo puro espíritu santo

No hay letra para decir no vida
La muerte es otra cosa




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martes, 3 de agosto de 2010

"NOMS" : "NOMBRES": El poeta Pere Bessó traduce al catalán un poema de Elvira Alejandra Quintero

Noms

Els noms de les coses que estime són els noms de les coses que delere.
La vida, però, m'obliga a emprar d'altres paraules per les que el món es regeix com si es negàs, incorruptible, a establir un ordre contrari.
Així els redons dies del tròpic, tota la seua llum i la força que ignora el desemparament
Abans que alimentar la matèria dels meus ossos, es neguen a ser metàfora dels actes que donen compte del meu vagarejar en ells.

Vagarege.
Aleshores no camine.
I no em banye en les aigües clares com voldria, sense un per què i una vergonya que s'haja de llavar.
I no aconseguesc mirar la nit com la terra del descans promés
El lloc de la festa
Sinó amb l'horror de repetir el malson.

Les coses que estime lluiten sense sossec per a no ser apartades dels seus noms.
Inventen una nova fe i ixen com huracà a agranar carrers
I transigeixen
I tramiten, desesperades, la possibilitat de començar a ser, des d'ara, part amb veu i vot en el món d'afora.

I jo mire la seua ingenuïtat i la compartesc.


[Poema del llibre La nit en esborrany de Elvira Alejandra Quintero: Traducción del poeta Pere Bessó]







Nombres

Los nombres de las cosas que amo son los nombres de las cosas que anhelo.
Sin embargo la vida me obliga a usar otras palabras por las que el mundo está regido como si se negara, incorruptible, a establecer un orden contrario.
Así los redondos días del trópico, toda su luz y la fuerza que ignora el desamparo
Antes que alimentar la materia de mis huesos, se niegan a ser metáfora de los actos que dan cuenta de mi deambular en ellos.



Deambulo.
Entonces no camino.
Y no me baño en las aguas claras como quisiera, sin un porqué y una vergüenza que deba ser lavada.
Y no logro mirar a la noche como la tierra del descanso prometido
El lugar de la fiesta
Sino con el horror de repetir la pesadilla.



Las cosas que amo luchan sin sosiego para no ser apartadas de sus nombres.
Inventan una nueva fe y salen como huracán a barrer calles
Y transigen
Y tramitan, desesperadas, la posibilidad de comenzar a ser, desde ahora, parte con voz y voto en el mundo de afuera.



Y yo miro su ingenuidad y la comparto.



[Poema del libro La noche en borrador de Elvira Alejandra Quintero]

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miércoles, 28 de julio de 2010

CICATRICES: Un poema del poeta argentino Gustavo Tisocco


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              Gustavo Tisocco


La niña que come en la ventana
no es un pájaro, no.

Sin jaulas ella
carece de la belleza
de estar libre.

El niño que come en la vereda
no es un perro, no.

Sus ojos extraviaron
la dulzura
de quien es imprescindible.

Nosotros escribimos de vuelos y ladridos,
olvidamos
que en la intemperie
la inocencia llora.







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miércoles, 21 de julio de 2010

NOSTALGIA: Un poema del poeta colombiano Aníbal Manuel Cedeño

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  Anibal Manuel Cedeño


sueños sobresaltados por el campaneo

eco de ropas blancas en el tendedero

si ya es la hora de la soledad
preciso es sumergir la voz en el fondo lechoso
del día que apenas inicia
y poco a poco cede al placer de la memoria

si ya es el día de la nostalgia
sólo queda correr las cortinas
que ocultan la diaria cinematografía del patio
para invocar la presencia de un rostro hace tiempo acariciado.

¿seguirán detenidas al pie de los postes las pisadas
y en los andenes las migajas de una charla muchas veces suspendida?










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lunes, 5 de julio de 2010

VERSOS DE ESPANTAPÁJARA: Un poema de la poeta chilena Magdalena Fuentes Zurita


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       Magdalena Fuentes


Busco tu rostro
entre todos los rostros
en las enmarañadas ciudades
para detener esta desazón mía
de cordillera cansada
Vuelvo mi cabeza que gira
como una hoja desprendida
afuera
el sol cae a pedazos
sobre los cuerpos
y los perros vienen a buscarme
para terminar el sueño
Pero yo me levanto
lucho con todos los fantasmas
hasta tocar la lluvia
de tus manos.










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lunes, 28 de junio de 2010

EL AMANTE IMAGINARIO: Un poema del poeta estadounidense argentino Alfred Hopkins


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           Alfred Hopkins
Imaginamos un amante imaginario imaginando amores,
Que vive en palacios dorados imaginarios,
Que pasea por la verde verdura de bosques imaginarios,
Que descansa en la rocosa orilla de ríos imaginarios,
Que dibuja amantes amándose imaginariamente,
Que pasea sus dedos suavemente sobre pechos imaginarios,
Que pasea las yemas de sus dedos sobre caderas y genitales imaginarios,
Que respira profundamente el dulce perfume de amores imaginarios,
Que inventa y recita mantras transpirados por sueños imaginarios,
Que contempla plácidamente los cerros imaginarios,
Que lucha contra mil feroces bestias imaginarias,
Que imagina amantes entonando versos imaginarios,
Que imagina al amanecer orgasmos imaginarios,
Que cabecea escribiendo poesías imaginarias,
Un amante muere con su corazón latiendo a ritmos imaginarios.









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lunes, 14 de junio de 2010

VELADA: Un poema del poeta colombiano Rafael Escobar De Andreis


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Rafael Escobar de Andréis


Días después de la reunión
duerme debajo de la mesa
la cuerda que cayó al quitar los velos
del regalo que le hizo su hija.
Sigue allí sin que nadie la levante
como si al hacerlo un encanto acabara.
Si dejáramos todo igual después de la fiesta:
las copas con las huellas de labios,
los palillos con que cada uno pinchó las aceitunas,
las migas de pan y crispetas que no acataron
el ansia de las bocas,
las colillas de los cigarrillos y la forma
como cada cual apaga el fuego y riega la ceniza.
Si no corriéramos a lavar y dejar todo como estaba
¿Podríamos tener una reunión que perdurara en la memoria?
¿Vendrían por su cuenta frases, comentarios, risas?
¿Se escucharían canciones?
¿Reemplazarían los objetos a las personas?
Quizá hasta podríamos repetir la velada
sólo con las cosas y los gratos recuerdos.


 
 
 
 
 
 
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sábado, 5 de junio de 2010

LAS VOCES DEL DÍA: Un poema de mi libro LA NOCHE EN BORRADOR

Dejemos que la luz se meta y acose hasta develar los secretos guardados.
Es lo que hace falta.
Están allí estorbando desde la vez que los aceptamos como aliados.
Sólo después volveremos a pisar la tierra con los pies descalzos y descifraremos el mensaje.
Que empiece a hablar el fuego y escoja lo que crea conveniente.
Que no dude en borrar.
Tal vez después bebamos a plenitud las aguas claras y bañemos en ellas nuestros cuerpos sin miedo al torrente.
Y que el viento se lo lleve todo y no nos diga el nombre de la otra ciudad.
Así no nos asaltará la tentación de repetirnos.









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lunes, 19 de abril de 2010

MEMORIA DEL OLVIDO: Un poema del poeta argentino Norberto Barleand


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          Norberto Barleand


Memoria del olvido

No quisiera perderme en la penumbra.


¿Qué decir del cántaro y la lluvia?
La mirada a trasluz se perdió entre los témpanos,
en aquellas máscaras que parecían sonrisas.


Hoy
las venas golpean claveles
                                       perfumados de miedo.


No quisiera las huellas a mitad del sueño,
la raíz deshojada en el silencio.


En las epopeyas de mis gestos
distantes de las águilas y el canto
persigo los rastros de acordes inconclusos.


¿Qué sucedió en la muchedumbre de estas manos?


No pudieron contener las avalanchas del odio.
Sucumbió con la tragedia,
en un vacío de sombras y exilios.


¿En qué sitio se erigió el muro de la indiferencia?


Los salmos del dolor esculpieron las efigies,
la derrota acosaba con sus lágrimas
la sin-razón de un tiempo de diluvios.


¿Quiénes acompañaron el vuelo de palomas
cuando el aire se llenaba de hollín
y en el cielo estallaban ciénagas de espanto?


¿Por qué este crujido?
¿Por qué el amuleto de túnicas trepando la impostura?
¿Quiénes esconden la deshonra?


La hondura del dolor
                              no cobija traidores
aún cuando huele a primavera
y es madrugada en los gemidos
de la ausencia.
El poema Memoria de olvido, del escritor argentino Norberto Barleand, pertenece a su libro Duelo de la memoria.













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sábado, 10 de abril de 2010

INFANCIA: Un poema de la poeta argentina María Silvia Paschetta

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           María Silvia Paschetta


La infancia fue de luz
                            también
                            de llanto
                            de derramar asombro
a cuatro vientos
                           de creer en las vías
                           y en los trenes
                           de preguntar creyendo

La infancia fue desierto
                           mar
                           arena

La infancia fue buscar
lo que aún no encuentro.






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viernes, 19 de marzo de 2010

LOS DONES OCULTOS: Un poema de la poeta colombiana Matilde Espinosa

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El 19 de marzo de 2008 falleció Matilde Espinosa, una de las más altas voces de la poesía colombiana del siglo XX. En nuestro Blog la recordamos rindiendo homenaje a sus palabras:



LOS DONES OCULTOS


Saber callar
en el instante mismo de la pena
cuando los labios – roto temblor –
entierran la palabra y el sollozo.



No recordar el nombre
de quien alguna vez
nos hizo daño.



Ignorar la mirada
que te empaña la hora
de un transparente día.



Dolerte de la bestia
pequeña y extraviada,
dolerte de su sed.



Abrirle espacio puro
al pájaro que equivocó su vuelo
y tropezó en tu espejo.



Escuchar a los niños
como si fueran viejos
y tomar sus palabras
con el gozo infantil
de un recodo lejano.



Saber llegar a tiempo
y colmar de esperanza
la ansiedad del que espera.



Entender las criaturas
sabiendo que sus gestos
son el lenguaje claro
que nos descubre el mundo
que llevamos por dentro.


viernes, 5 de marzo de 2010

Viento sobre el río Guaitara

Cuando fluye el camino
es necesario abandonarse a él
dejando atrás lo que no debe ser mirado
otra vez
y otra vez.
Sólo el viento
podría soplarme una verdad ahora
y el río helado
que tropieza con sus piedras
grandes
chicas
tantas veces
y aún así
sigue fluyendo vigoroso.


Rumichaca (Frontera Colombia-Ecuador), febrero, 2010








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domingo, 21 de febrero de 2010

EL SUR: Un poema de Lucía Alejandra Cobo Quintero

He visto playas interminables de un mar fuerte y profundo.
He visto agua como mar en las montañas.
He visto ciudades grandes, pequeñas, medianas, de estos tiempos y de otros.
He visto a las montañas subir hasta el cielo y desaparecer entre las nubes.
Y vi esos atardeceres pintar la blanca ciudad de colores, y sentí la cálida brisa pasar corriendo por mi lado contando historias de Farallones!

Wayra, La paz, Boliva. 20 de febrero de 2010







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domingo, 14 de febrero de 2010

Hallazgo de la vida: Un poema de César Vallejo


¡Señores! Hoy es la primera vez que me doy cuenta de la presencia de la vida. ¡Señores! Ruego a ustedes dejarme libre un momento, para saborear esta emoción formidable, espontánea y reciente de la vida, que hoy, por la primera vez, me extasía y me hace dichoso hasta las lágrimas.

Mi gozo viene de lo inédito de mi emoción. Mi exultación viene de que antes no sentí la presencia de la vida. No la he sentido nunca. Miente quien diga que la he sentido. Miente y su mentira me hiere a tal punto que me haría desgraciado. Mi gozo viene de mi fe en este hallazgo personal de la vida, y nadie puede ir contra esta fe. Al que fuera, se le caería la lengua, se le caerían los huesos y correría el peligro de recoger otros, ajenos, para mantenerse de pie ante mis ojos.

Nunca, sino ahora, ha habido vida. Nunca, sino ahora, han pasado gentes. Nunca, sino ahora, ha habido casas y avenidas, aire y horizonte. Si viniese ahora mi amigo Peyriet, les diría que yo no le conozco y que debemos empezar de nuevo. ¿Cuándo, en efecto, le he conocido a mi amigo Peyriet? Hoy sería la primera vez que nos conocemos. Le diría que se vaya y regrese y entre a verme, como si no me conociera, es decir, por la primera vez.

Ahora yo no conozco a nadie ni nada. Me advierto en un país extraño, en el que todo cobra relieve de nacimiento, luz de epifanía inmarcesible. No, señor. No hable usted a ese caballero. Usted no lo conoce y le sorprendería tan inopinada parla. No ponga usted el pie sobre esa piedrecilla: quién sabe no es piedra y vaya usted a dar en el vacío. Sea usted precavido, puesto que estamos en un mundo absolutamente inconocido.

¡Cuán poco tiempo he vivido! Mi nacimiento es tan reciente, que no hay unidad de medida para contar mi edad. ¡Si acabo de nacer! ¡Si aún no he vivido todavía! Señores: soy tan pequeñito, que el día apenas cabe en mí!

Nunca, sino ahora, oí el estruendo de los carros, que cargan piedras para una gran construcción del boulevard Haussmann. Nunca, sino ahora avancé paralelamente a la primavera, diciéndola: «Si la muerte hubiera sido otra...». Nunca, sino ahora, vi la luz áurea del sol sobre las cúpulas de Sacre-Coeur. Nunca, sino ahora, se me acercó un niño y me miró hondamente con su boca. Nunca, sino ahora, supe que existía una puerta, otra puerta y el canto cordial de las distancias.

¡Dejadme! La vida me ha dado ahora en toda mi muerte.









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lunes, 25 de enero de 2010

El pozo: Un fragmento de la primera novela de Juan Carlos Onetti

Juan Carlos Onetti
(Montevideo, 1909 - Madrid, 1994)


El pozo (1939)



          Hace un rato me estaba paseando por el cuarto y se me ocurrió de golpe que lo veía por primera vez. Hay dos catres, sillas despatarradas y sin asiento, diarios tostados de sol, viejos de meses, clavados en la ventana en lugar de los vidrios.
          Me paseaba con medio cuerpo desnudo, aburrido de estar tirado, desde mediodía, soplando el maldito calor que junta el techo y que ahora, siempre en las tardes, derrama adentro de la pieza. Caminaba con las manos atrás, oyendo golpear las zapatillas en las baldosas, oliéndome alternativa­mente cada una de las axilas. Movía la cabeza de un lado a otro, aspirando, y esto me hacía crecer, yo lo sentía, una mueca de asco en la cara. La barbilla, sin afeitar, me rozaba los hombros.
          Recuerdo que, antes que nada, evoqué una cosa sencilla. Una prostituta me mostraba el hombro izquierdo, enrojecido, con la piel a punto de rajarse, diciendo:
           —“Date cuenta si serán hijos de perra. Vienen veinte por día y ninguno se afeita”.
          Era una mujer chica, con unos dedos alargados en las puntas, y lo decía sin indignarse, sin levantar la voz, en el mismo tono mimoso con que salu­daba al abrir la puerta. No puedo acordarme de la cara; veo nada más que el hombro irritado por las barbas que se le habían estado frotando, siempre en ese hombro, nunca en el derecho, la piel colorada y la mano de dedos finos señálandola.
          Después me puse a mirar por la ventana, distraído, buscando descubrir cómo era la cara de la prostituta. Las gentes del patio me resultaron más repugnantes que nunca. Estaban, como siempre, la mujer gorda lavando en la pileta, rezongando sobre la vida y el almacenero, mientras el hombre tomaba mate agachado, con el pañuelo blanco y amarillo colgándole frente al pecho. El chico an­daba en cuatro patas, con las manos y el hocico embarrados. No tenía más que una camisa remangada y, mirándole el trasero, me dio por pensar en cómo había gente, toda en realidad, capaz de sentir ternura por eso.
          Seguí caminando, con pasos cortos, para que las zapatillas golpearan muchas veces en cada paseo. Debe haber sido entonces que recordé que mañana cumplo cuarenta años. Nunca me hubiera podido imaginar así los cuarenta años, solo y entre la mugre, encerrado en la pieza. Pero esto no me dejó melancólico. Nada más que una sensación de curiosidad por la vida y un poco de admiración por su habilidad para desconcertar siempre. Ni siquiera tengo tabaco.
          No tengo tabaco, no tengo tabaco. Esto que escribo son mis memorias. Porque un hombre debe escribir la historia de su vida al llegar a los cua­renta años, sobre todo si le sucedieron cosas interesantes. Lo leí no sé dónde.
          Encontré un lápiz y un montón de proclamas aba­jo de la cama de Lázaro, y ahora se me importa poco de todo, de la mugre y el calor y los infelices del patio. Es cierto que no sé escribir, pero escribo de mí mismo.
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