En Salento

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Salento-Quindío-Colombia

LA VENTANA - Cuaderno de Ana Ríos




LA VENTANA - Cuaderno de Ana Ríos
Colección Escala de Jacob, Universidad del Valle, Cali, 2004



El abuelo, el padre
I
La vida es dura y difícil y el abuelo era un sabio.
Todo lo supo mucho antes que ocurriese el desvío
y mucho antes de estar parada yo frente al amor él lo predijo
tan sólo con mirarme jugar entre muñecos descuartizados. 
No puedo sugerirme una vía al olvido
y todo aquí me apasiona de forma insoportable, perversa y dolorosa. 
Ah, la calma de los lagos oscuros donde el sabio encontró la cosa que perturbaba su mirada.
El sabio, el abuelo de palabras sin enigmas y sin embargo, indescifrables, premonitorias.    


II
Soy el beso de mi padre. Su ausencia y su pregunta.
En mi boca llevo un torrente y en mis ojos un punto inalcanzable que hurgo sin cesar.
Pues mi mirada está hecha de la suya
De una ansiedad pasiva
De una furia domesticada.
Al torrente busco dar un perfecto cauce y muero diariamente en el intento
mas después vuelvo a vivir sin poder dominarlo. 
Soy la maga que ha recorrido el mundo buscando la fórmula y puede ya reconocer el desespero que se gesta en su alma.
En las altas noches, cuando han llovido mil preguntas de sus labios rojos, y han besado el aire y el vacío.




La que veo
El espejo me muestra la que todos ven.
Yo sigo acá sin ver el lado que siempre estará oculto
Menguando de revés a todos los astros.





Viento en mi ventana
Abierta mi ventana grita la voz del viento en los aposentos olvidados.
De otras tierras vuelve renovado su olor a pájaros y a frutas.
A bosques en lucha con columnas de humo negro.
A miles de peces salados en los estanques. 
Olor de los días rebelados contra sus noches.
Diaria madrugada del tugurio que cerca la ciudad y trepa la montaña colgado de un pedazo de planeta que no alcanza.
Redondo pedazo de tierra girando, mostrándose al universo
Redondo pedazo de tierra y agua que no alcanza.




Ojo, boca
Quedarme en la ventana ojo y boca de la casa.
Vacío colmado de sucesos y preguntas, arrastrado por la vida que pasa sin cesar.
Afuera y adentro mirando, mirando.  


                            * 


Ventanita todos te miran
Todo afuera quiere hurgar adentro
Todo adentro quiere escudriñar afuera.




Diario
Desolado vagar de los andenes por sus legendarias verdades.
Incesante pelea de unos hombres y otros hombres erguidos como árboles
como inamovibles torres
hombres durmiendo al filo de pequeños rascacielos
hombres huyendo de su íntima Babel alucinada
hombres y otros hombres guardando su pedazo de pan para la guerra. 
Diaria salida al universo transfigurado en grito. 
En fruta que rueda y cae bajo el bus, lenta agonía a los pies del muchacho.
Niño agobiado de soledad y deseo preguntando el amor, el pasado, la noche. 
Interrogando este paraje que se esfuma repetido. 
Preguntando su patria, su sangre, su vida.












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